Sin admitir aún una derrota Morales dice que su proyecto continúa más allá del referendo
El mandatario evita referirse a proceso para elegir a su sucesor para los comicios de 2019 y pide “serenidad” para esperar datos definitivos del órgano electoral.
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El recuento de votos seguía apoyando ayer lo que los sondeos a pie de urna ya auguraban en la madrugada del lunes: los bolivianos no quieren que Evo Morales se postule nuevamente a la presidencia en los comicios de 2019.
Con más de un 81,8% de las actas verificadas al cierre de esta edición, el “No” a la modificación del artículo 168 de la Constitución de Bolivia para permitir dos reelecciones consecutivas de una dupla presidencial se imponía con un 54,1% de los votos, según los datos publicados por el Tribunal Supremo Electoral (TSE).
Para Morales, sin embargo, ni los datos preliminares ni los sondeos privados que firman su derrota son motivo de preocupación por el momento y sigue esperando que, como en otras ocasiones, el escenario cambie cuando se incorpore el voto rural y del exterior. En consecuencia, pidió esperar “con serenidad” los resultados definitivos y reiteró que su gobierno respetará la voluntad de los bolivianos.
“He pedido a todos los sectores sociales y grupos que participaron, mucha serenidad y responsabilidad para esperar el resultado final del Tribunal Supremo Electoral”, dijo ayer Morales desde el Palacio de Gobierno. “Vamos a esperar el pitazo final del tribunal electoral, somos optimistas”.
Pese a la tranquilidad que quiso transmitir con su discurso, este revés se suma a la derrota que el gobernante Movimiento al Socialismo (MAS) tuvo en varias localidades en los comicios de 2015, entre ellas en la alcaldía de El Alto, el principal bastión oficialista, y el mandatario es consciente de que es necesario analizar la situación y tomar medidas.
“Habrá que hacer una evaluación: es culpa del gobierno nacional”, dijo Morales antes de señalar a la “guerra sucia” de la oposición y a las redes sociales como causa del golpe en las urnas. “Sabemos que hay una guerra sucia, una campaña” contra su repostulación en la nación suramericana, advirtió.
En las últimas semanas, la imagen del mandatario se ha visto deteriorada por acusaciones de tráfico de influencia y por la muerte de seis funcionarios a causa de un incendio causado presuntamente por dirigentes sindicales afines al gobierno en la alcaldía de El Alto.
Morales aprovechó su discurso de ayer para destacar que el resultado del referéndum no pondrá fin ni a su carrera política ni al proyecto que encabeza. “Si gana el ‘No’, la lucha sigue, la gestión sigue (...) No somos un gobierno, sino una revolución democrática y pacífica”, aseguró. “Esperemos que la oposición no vuelva a cantar fraude como siempre lo ha hecho cuando los resultados varían, en 2002 nosotros respetamos los resultados”.
Oportunidad para la oposición
Si se confirma el “No” a Morales, el referéndum será también otro golpe al una vez dominante populismo de izquierda en Suramérica que, en los último año ha sufrido varios reveses electorales en todo el continente.
Además, la negativa a un nuevo mandato de Morales y su vicepresidente, Álvaro García Linera, abre forzosamente la puerta a la renovación de dirigentes en el MAS.
En su mensaje de ayer, el mandatario evitó comentar las medidas que tomarán para buscar nuevos líderes del movimiento, pero anticipó que será responsabilidad de los movimientos sociales. Los analistas anticipan que el escenario político post referéndum se polarizará y que, si bien en las ciudades el voto por el “No” ha sido sólido, el voto rural sigue dando su apoyo a Morales.
Algo que parece claro es que sin Morales en la carrera presidencial, la oposición boliviana ve una clara oportunidad de recuperar su fuerza, diluida durante una década por la popularidad del mandatario.
Desde los primeros resultados no oficiales, los líderes de la oposición no dudaron en celebrar los datos como una victoria contra el gobierno.
El empresario cementero Samuel Doria Medina, cabeza de Unidad Nacional y ex candidato presidencial, celebró la decisión del pueblo boliviano de “sepultar el proyecto de convertir a nuestro país en un proyecto de un solo partido, en convertir a nuestro Estado en autoritario”. “Hemos recuperado la democracia y el derecho a elegir”, agregó.
Por su parte, el ex presidente Jorge Quiroga, líder del Partido Demócrata Cristiano, destacó que este “No” significa que Morales debe irse “a su casa, a la calle, como sucede en cualquier democracia que se precie de ser tal” en 2020 y que es una negativa del pueblo a que se cambien las reglas para beneficiar “a dos personas que quieren seguir en la gestión pública.
El ex mandatario advirtió además que el gobierno podría presionar al órgano electoral para cometer fraude y pidió a los observadores de la Organización de Estados Americanos (OEA) que no abandonen el país hasta que no se anuncien los resultados definitivos.